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Casa Rivas Mercado

Por Diana Lorena Zarco Ramírez

Bastaron 4 años para crear una de las casas más emblemáticas de la Ciudad de México, el porfiriato comenzaba a imponerse, mientras unos recién casados se dieron a la tarea de crear un hogar confortable, que sería desde el espacio de juego de sus hijos hasta el lugar donde profesores particulares e institutrices educaran a Antonieta y sus hermanos; sus gruesas fachadas de cantera verde y rosa, viguerías de madera y techos de lámina también recibirían visitas frecuentes de artistas e intelectuales.

El segundo nivel de esta casa fue testigo de las largas horas y el arduo trabajo que le diera rostro a una de las más grandes obras de la época, la Columna de la Victoria Alada, mejor conocida como el Ángel de la Independencia, por estos tiempos también veían la luz lugares como el Teatro Juárez de Guanajuato, el actual Museo de Cera de la Ciudad de México, así como numerosas casas, haciendas y la Terminal de ferrocarriles, “La aduana de Santiago Tlatelolco”.

Aunque el espacio sobre el que hoy en día se levanta esta casa fue habitado desde la época prehispánica por mexicas, fue hasta que el arquitecto, Juan Antonio Cesáreo Rivas Mercado, iniciara su intervención, que personajes de clase media y alta mostraron interés por poblarla, dándole un nuevo sentido a la actual colonia Guerrero. 

Entre el estilo ecléctico del lugar, columnas clásicas que hacen contraste con el estilo morisco de sus mosaicos y escaleras, La Casa Rivas Mercado resurge como el ave fénix; ha vivido de todo; pasó de ser una hermosa y lujosa casa del porfiriato a hundirse en la transición que trajo la revolución, para 80 años después, y tras su reciente remodelación, pudiera abrir sus puertas para que tú, puedas recorras cada uno de sus rincones y recuerdes en cada madera, en cada mosaico o en sus jardines un pedacito del ex director de la Academia de San Carlos: Antonio Rivas Mercado.

Aunque no te debe de caber la duda de que nunca iras solo, será Antonieta quien te tome de la mano, para mostrarte la sala dónde un día ella contrajo nupcias; te explicará como siendo la hija favorita, no solo fue una joven artista influenciada por Vasconcelos y Lozano, sino que llegó a considerarse pionera en la defensa de los derechos de la mujer y una gran promotora de la cultura y las artes, trabajo de su padre al que le diera continuidad; ya que Antonieta regresa al lugar que su padre construyera para ella y sus hermanos, tras su trágica muerte en París.

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