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La Universidad Nacional de México

y el Centenario de la Independencia

Por Óscar Quiroz

Este año se cumplen 209 años del inicio de la Independencia de México, época en la que se celebra nuestra identidad y nuestra libertad como nación. Estos 209 años nos invitan a revivir antiguas celebraciones llevadas a lo largo de la vida independiente de esta nación. Uno de estos festejos nos dejó a la máxima casa de estudios, la UNAM.
El día 22 de septiembre de 1910 se realizó una ceremonia solemne para inaugurar la Universidad Nacional, la cual fue sumamente relevante por su severa grandeza y su alta significación moral; y la institución recientemente creada, que, entre otros fines, se esperaba procurara la uniformidad y la independencia de la instrucción superior, nació así con toda pompa en el mes glorioso de la patria y su 100 aniversario de independencia.
El evento fastuoso se llevó a cabo en el entonces nuevo anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria, se reunieron en la mañana del mencionado día los embajadores y enviados especiales de las naciones amigas, los miembros del cuerpo diplomático permanente con representantes de universidades extranjeras expresamente invitados al acto, como los directores y profesores de las escuelas superiores, así como, otras muchas personas distinguidas.
El señor presidente de la República, quien a su llegada le hicieron los honores por una compañía
de línea con bandera y música, y a quien el público recibió con aplausos, tomó asiento, acompañado por los miembros de su gabinete, En el estrado oficial, y la ceremonia dio principio con un discurso del señor Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, licenciado don Justo Sierra. Enseguida el señor presidente de la República se puso de pie para declarar solemnemente inaugurado el nuevo instituto, y el señor licenciado don Ezequiel Chávez, subsecretario de instrucción pública, dio lectura a la lista de doctores de la universidad, dentro de los que destacaron personajes como el doctor Manuel Flores, diputado Pablo Macedo, el doctor Eduardo Liceaga, los ingenieros Luis Salazar y Antonio Rivas por mencionar algunos de ellos.
Después de las palabras de los doctores sucesivamente los señores delegados de las universidades de París, California, Ginebra, Oviedo, Yale, Pensilvania, Colombia, Berlín, Washington, Illinois, Texas, Chicago, Stanford quienes trajeron a la nueva universidad los saludos y votos de los viejos y gloriosos centros intelectuales que representaban.
Posteriormente el Secretario de Instrucción Pública vitoreó en latín a la universidad, al presidente de la República don Porfirio Díaz y a la patria mexicana, y un coro conformado por niños de las escuelas cantó el himno nacional. Después se organizó una procesión que presidió el señor general Díaz, que se dirigía a pie al edificio destinado a la Universidad Nacional, al llegar ahí, el señor secretario de instrucción pública tomó la protesta de ley al rector, el doctor Joaquín Eguia Lis.
Terminando el acto la mayor parte de los invitados se dirigieron en tren al tan pintoresco San Ángel, en donde fueron obsequiados con un espléndido banquete por el señor licenciado don Justo Sierra.

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